La pista de Rumipal no llega a aeropuerto

Fuente y fotografia: LA VOZ DEL INTERIOR
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Villa Rumipal. A casi una década del anuncio del ex gobernador José Manuel de la Sota de la conversión del modesto aeródromo con pista de tierra de Villa Rumipal en el primer aeropuerto turístico con pista asfaltada del valle de Calamuchita que recibiría incluso vuelos comerciales, lejos está de cristalizarse ese objetivo.

La pista finalmente se asfaltó y es efectivamente la única de una amplia región en el centro cordobés. Pero aquella idea de que sería usada para que lleguen vuelos regulares con turistas parece casi olvidada. La expectativa que en su momento despertó la iniciativa luce adormecida.

Con demoras y hasta con denuncias judiciales por el uso de los fondos, la pista finalmente se terminó y desde hace dos años es operable. Ahora se está construyendo un hangar para el depósito de avionetas. Pero restan, respecto de aquel proyecto anunciado en el año 2000, importantes obras complementarias para poder incentivar vuelos chárters o comerciales. Eso admite incluso el jefe del aeródromo, el mayor retirado Carlos Papis.

En los últimos tiempos, el emprendimiento dejó de ser administrado por la localidad que lo acoge, Villa Rumipal, y pasó –a través de un comodato– a la órbita de la Comunidad Regional Calamuchita. El argumento del cambio fue que de esa manera todos los municipios, de manera solidaria, aportarían dinero para que sea algo más que una pista asfaltada y con tejido perimetral. No obstante, el principal flujo de dinero lo sigue aportando la Provincia mediante paulatinos subsidios.

"La pista estuvo terminada en 2005 y recién quedó habilitada dos años después, porque la Fuerza Aérea exigía alambrado y calle perimetral y la poda de varios árboles", recordó Papis.

"En enero de 2007 comenzó a funcionar y se fue haciendo conocido. Normalmente operan aviones chicos particulares o de aeroclubes. Pero faltaba un hangar para poder dejarlos aquí y se comenzó a construirlo ahora", acotó Papis. El jefe del aeródromo calculó que, en promedio, entre siete y ocho avionetas lo utilizan por semana.

La pista de 1.300 metros de longitud puede en realidad recibir aeronaves medianas, de entre 30 a 40 pasajeros. Cuando se anunció, se planteó que podrían llegar vuelos con turistas de alto poder adquisitivo a Calamuchita.

Ahora, el hangar
En pocos días, el hangar de 1.250 metros cubiertos estará techado. Podrá albergar hasta una veintena de pequeños aviones o un par de aeronaves de mayor porte. "En la provincia no debe haber ninguno con esta capacidad, entraría un avión como el de la Provincia que mide 22 por 22 y quedaría la mitad libre. O podrían entrar entre 18 y 20 aviones pequeños tipo Piper o Cesna", precisó Papis.

Cuando esa estructura esté concluida, restará construir una calle de acceso y una plataforma, que ya se comprometió a ejecutar Vialidad de la Provincia.

"Lo que faltará luego será una aeroestación para poder recibir a los pasajeros, para poder hacer vuelos chárters o comerciales. Pasa que los costos son muy elevados y los ingresos, escasos. Tenemos que tener paciencia para que se pueda concretar todo el proyecto", acotó Papis.

–El primer proyecto era más ambicioso: hablaba de operación comercial, ¿eso está descartado? –

No es que se descarte, pero ninguna empresa va a venir a hacer un vuelo comercial si no tiene asegurado por lo menos un 70 por ciento de las plazas y eso se lograría únicamente en temporada turística o para la Fiesta de la Cerveza en octubre o en eventos muy puntuales. El año próximo, por ejemplo, se podría usar ya para el movimiento de personal desde Buenos Aires o Rosario que generará la obra de prolongación de la vida útil de la Central Nuclear de Embalse.

Otra etapa
Otra cuestión que falta para transformarlo en el aeropuerto prometido es el balizamiento, para que la pista sea operable las 24 horas. Papis señala que eso sigue en los planes: "Un privado prometió aportar el 50 por ciento del monto, pero necesitamos antes otras instalaciones previas", apuntó, dejando claro que aún faltan estructuras aún más básicas. De todos modos, aclaró que el balizamiento no representará operatividad permanente, ya que no se contará con un sistema de apoyo en tierra, demasiado oneroso, con el que cuentan los grandes aeropuertos. "Ya ese gasto no se justificaría", apuntó.