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Entre funcionarios y empresarios de la Provincia, avanza la presunción de que el Gobierno nacional ha puesto la mira en el Aeropuerto Internacional Ambrosio Taravella, como un territorio bajo su absoluto dominio, en el cual podrá tomar represalias contra la administración de José Manuel de la Sota e indirectamente sobre la sociedad cordobesa.
Al menos tres hechos concretos fueron señalados en los últimos días como “sintomáticos”, en el marco de una escalada de acciones y presiones cuyo final aún no está a la vista.
El primer elemento es la decisión de frenar las obras de remodelación de la terminal aérea –sobre lo que ayer informó La Voz del Interior – por orden directa del Orsna, organismo regulador del servicio aeroportuario.
Las abrupta caída de autorizaciones para operar vuelos chárter en la próxima temporada veraniega, un negocio jugoso para los operadores y las agencias de turismo, es otro dato que llama la atención y que los funcionarios vinculan directamente con represalias hacia Córdoba.
La Administración de Aviación Civil Argentina (Anac) redujo en casi un 40 por ciento la cantidad de chárteres, que de 13 vuelos semanales a distintos destinos internacionales, caerán a ocho. Tampoco fueron habilitados los destinos más demandados por los cordobeses, como Florianópolis y Río de Janeiro.
Estas rutas quedarán reservadas exclusivamente para los vuelos de Aerolíneas Argentinas, la compañía oficial que necesita revertir un agudo déficit financiero por sus operaciones.
El tercer elemento que incide en la actividad es el aumento de los controles de la Aduana a todos los pasajeros que arriban a Córdoba desde el exterior. “Es notable la diferencia que existe entre llegar por Ezeiza y hacerlo por Córdoba”, comentó el gerente general de una agencia local con sobrada experiencia en el rubro. “Eso no me parece una casualidad”, comentó un ministro cordobés.
Cinco dólares. El domingo, un funcionario provincial de alto rango que llegaba del exterior, atravesó por la exhaustiva inspección en sus valijas de un agente aduanero que le exigió hasta factura por un par de ojotas cuyo costo era inferior a los cinco dólares.
Este último factor, el Aduanero, es clave para desincentivas el empleo de los servicios de la aerolínea LAN, que utiliza como base a Córdoba para recoger pasajeros del interior del país y llevarlos a Estados Unidos, el Caribe o Europa a través del aeropuerto internacional “Comodoro Arturo Merino”, de Santiago de Chile.
Córdoba es clave en el sistema aeroportuario argentino por el hecho de constituir la principal alternativa a las dos grandes terminales del país, Aeroparque y Ezeiza. “No se puede decir que los controles de la Aduana son parejos para todos, por el sencillo hecho de que el único lugar donde se han extremado los controles es Córdoba”, comentó un interlocutor del negocio turístico.
“Claramente quieren que la gente no viaje al exterior a través de nuestro aeropuerto, sino que salgan y entren por Ezeiza o Aeroparque en el caso de los vuelos regionales”, dijo la fuente. Para explicarlo, el vocero del sector puso un ejemplo. “Si usted dice que a partir de mañana se van a extremar los controles aduaneros de punta a punta de la Argentina a los pasajeros que llegan del exterior, pero no lo aplica en Ezeiza y Aeroparque, al único que afecta es al Aeropuerto Córdoba y en menor medida al de Mendoza”, dijo. En el caso de los chárteres, la Anac no autorizará vuelos a los destinos que ya son cubiertos por Aerolíneas Argentinas, de modo tal que quienes deseen viajar al sur de Brasil o a Río de Janeiro desde Córdoba sin escalas en el país vecino deberán subir al avión en el Aeroparque Metropolitano. También pueden hacerlo vía San Pablo por GOL, desde mañana miércoles. El recorte de chárteres afectará a unos mil pasajeros que subían al avión en Córdoba por semana y que ahora deberán hacerlo desde Buenos Aires.
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