Único,
inigualable, impactante, hermoso, estético, sublime,
imponente... Podríamos dar miles y miles de adjetivos, y
seguramente nos quedaríamos cortos para tratar de
describir todo lo que significa un Boeing 747.
El
Jumbo, esa palabra que cada vez que la escuchábamos cuando
éramos niños nos hacia latir fuerte el corazón Si hasta
más de una vez hemos padecido dolores de cuello de tanto mirar hacia
arriba por tratar de divisar alguno de ellos en el cielo.
Un avión que
es un antes y un después en la historia de la aviación
y que era el más fácil de dibujar en nuestro cuadernito
de primaria cuando salían improvisados diseños que ya
presajiaban nuestra pasión eterna por
los pájaros metálicos.
Maradona decía en
su infancia y con una pelota bajo el brazo, “mi sueño es jugar un
mundial”, y los que nacieron con el sentimiento de JP1 en las venas
dicen “mi sueño es volar un Jumbo, o por lo menos conocer uno”.
Y anoche martes, podemos asegurar que varios sueños fueron cumplidos
en el momento exacto en que el caucho de esas enormes ruedas dejaban
su estampa en la pista de 3200 metros del aeropuerto Taravella.
Tanto
se hizo desear, tanto nos dejo especular, que la ansiedad no dejo uña
sana ni pierna sin mover por la indisimulable ansiedad.
Pero
llego, y para muchos era la primera vez, y para el que no, fue como
otra primera vez pero con un sabor más dulce.
La
imagen de radar que alertaba de su salida desde Viracopos a la tarde,
causaba un efecto estampida que hizo movilizar a no menos de 25
spotters al famoso mirador del aeropuerto. Adentro el panorama no era
muy diferente, solo que aquí no era una cuestión de
hobby, sino de trabajo, que hacia preparar una megalogistica
que desplegó cerca de 30 personas entre despachantes,
coordinadores, servicios de rampa, seguridad privada, etc. A esto
luego se le sumaron pilotos y mecánicos.
La
aeronave llego ferry, y luego de aterrizar por pista 18 libero la
misma por el rodaje Alfa hacia la posición 28A de
plataforma.
Mientras
se abría la puerta del avión, simultáneamente los
palets se apilaban próximos a este, y después de
pasar por un riguroso control aduanero, comenzaba la carga de uno por
uno.
Este
fue el momento exacto para hacer el famoso “walking around”, y
las dimensiones de esta aeronave no dejaban de asombrarnos desde
ninguno de todos los ángulos posibles. Mire por donde se lo mire
nos parecía gigante. Es tan grande por dentro como por
fuera. En realidad es “EL” avión.
Mientras
los palets seguían llegando al pie del avión
las personas que debían cumplir su turno de trabajo en el
aeropuerto no podían ignorar la presencia del gigante. Personal de
las diferentes dependencias de ANAC, AA2000, Intercargo, Aduana,
Migraciones, limpieza y seguridad, se transformaban por algunos
minutos en spotters. Las cámaras digitales y los celulares
registraban desde todos lados a ese “jorobado” que
por algún motivo se robaba toda la atención.
Los
trabajos de carga demoraron más de tres horas, y el Boeing 747-400
N558CL de Southern Air despego en vuelo directo a Miami a las
01:28hs. Se esperan veinte maquinas similares de
diferentes compañías hasta el mes de abril. Sera una
oportunidad única de poder ver al “rey de los cielos”
casi a diario en la ciudad de Córdoba.
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