Una maquina con olor a nuevo y con el novedoso efecto “sky blue” en su interior. Sin embargo la falta de pantallas individuales o las de mayor tamaño cada cierta cantidad de asientos (como las aeronaves de LAN), nos hace pensar que no es la maquina ideal para rutas relativamente largas. Es bueno aclarar que el entretenimiento de revistas y el servicio de catering son más que suficiente para trayectos cortos, como este que volamos nosotros como pasajeros durante poco más de una hora.
Luego de caminar por una de las nuevas mangas del aeropuerto Pajas Blancas (eso se verá en un informe aparte), nos sentamos cómodamente en nuestro asiento 9F escuchando una relajante música de fondo. Punto a favor para la previa de un vuelo matutino.
La revista “alta” nos daba la posibilidad de leer diferentes tipos de artículos. Aunque nosotros preferimos disfrutar del vuelo.
Rodamos por Alfa, llegamos a cabecera 36 y despegamos hasta mantener nivel 070, para recién ahí virar por derecha a UTRAX y nuestra ruta. Nuestro nivel final fue 350.
Un vuelo tranquilo que fue con referencias constantes con el terreno hasta cerca de Rosario inclusive. Próximos a la zona de Pergamino esquivamos algunas torres de Cumulusnimbus aisladas, hasta que finalmente empezamos el descenso hacia Buenos Aires. El procedimiento que el control ordeno para la pista 31 nos hizo ver la zona oeste y sur de la capital. Se destacaron desde el aire barrios como Lugano o ciudades como Avellaneda y Quilmes. Se distinguieron los estadios de Banfield, Lanús y El Porvenir.
El catering fue más que aceptable, con una caja más pequeña que las de antes, y con un alfajor, un chocolate y unas galletas saladas para ser degustadas. Para beber estaban las opciones de café, agua, y gaseosa (Sprite o Coca Cola). La atención de los auxiliares de vuelo fue muy buena.
Galería de imágenes y video.
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