A menos de quince días de recibir la mudanza (se estima que sea antes del 10 de agosto), la obra arquitectónica encarada por Corporación América se encuentra en un 95% de avance. La nueva torre de control cordobesa está a punto de iniciar operaciones y dar un paso adelante hacia la seguridad operacional.
Por estos días se terminan con los trabajos de instalaciones eléctricas y cableado, y algunos detalles menores que son la frutilla del postre de la obra.
El resto ya está listo, esperando comenzar a ser la base desde donde se controlaran los vuelos del aeropuerto Taravella, y de algunos corredores visuales específicos, como en algún informe anterior explicamos.
La estructura es imponente en sí. Los 192 escalones que llevan a lo más alto del edificio (8 pisos), van mostrando diferentes espacios a lo largo de los niveles, aunque claro que la mejor opción es la de subir vía ascensor.
Una sala de instrucción con aulas, una sala técnica, y otra de descanso son parte del edificio. Esta última con algunas perlitas incluidas como vestuarios con duchas y cocina. Ideal para desagotar el stress que el trabajo de un controlador aéreo puede tener en ciertos momentos.
La vista es otro punto clave. Un panorama perfecto hacia los 360 grados, dejando libre de obstáculos de una vez por todas la zona oeste. Recordemos que ese sector se encuentra con visibilidad restringida desde la actual torre, por el edificio de pre-embarques inaugurado en el año 2006.
Los más de 30 metros de altura permiten una vista de ave hacia las pistas, y una plataforma lineal de norte a sur. Es decir, esta construcción ha sido pensada para facilitar las labores a los controladores de tránsito aéreo del aeropuerto de Córdoba.
Otro detalle que no puede pasar desapercibido, es el balcón con vista hacia la pista 18/36 (más cercana a esta primera cabecera). Un mirador panorámico fabuloso que cuenta como un plus más para el edificio.
La agenda de obras de este año para Pajas Blancas no se detiene. Una vez demolida la actual torre de control se procederá a terminar la remodelación del hall de embarques, especialmente el sector internacional.
Además, y como si fuera poco, para fin de año (o principios de 2016), se estaría instalando equipamiento de RVR para la pista 18 del aeropuerto. Esta tecnología permitirá aterrizajes con visibilidad de hasta 550 metros (hoy el mínimo son 800mts), y 300 metros para despegues (actualmente se necesitan 550 metros).
El RVR además ofrece lecturas instantáneas de visibilidad, dejando así de tener la de esperar reportes METAR una vez por hora o SPECI (a criterio del meteorólogo), cuando un cambio de visibilidad ocurre de un momento a otro.
Esta es la galería de imágenes y videos con la visita que tuvimos a las instalaciones de la nueva torre de control, a pocos días de su inauguración formal:
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