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viernes, 22 de septiembre de 2017

Córdoba se rindió a los pies del Antonov

SPOTTING 19 DE SEPTIEMBRE DE 2017
Y un día el ruso volvió.
Causando la misma euforia que en su debut en 1997, y mostrándose bajo un sol radiante como en 1999. El Antonov 124, uno de los aviones más admirados en cualquier lugar del mundo, se robo toda la atención en Córdoba, tras dieciocho años.
El transporte de dos equipos para una usina termoeléctrica que se construye en Villa María, fue la excusa perfecta para que esta mole viniese, y para que miles de cordobeses revolucionaran durante todo el martes, el interior y el exterior del aeropuerto Ing. Taravella.
La nave, que en un principio estaba programada para llegar el martes por la noche e irse el miércoles al mediodía, termino aterrizando en la mañana del martes, y partiendo en los primeros minutos del miércoles, ya bien entrada la madrugada.
Todo lo que podía salir bien, salió bien. Tanto en la parte de la compleja operación de descarga del avión, como en varios condimentos que ayudaron a que el aeropuerto, vuelva a vivir una jornada exactamente igual de alterada, que la del 28 de octubre de 1997, cuando este corpulento ruso, estuvo en Córdoba por primera vez.
El gigante matriculado RA-82045, comenzó su vuelo más de un día antes en la lejana Houston (USA), y tras cumplir escalas en Cancún donde cargo combustible, hizo su parada mas larga en Manta (Ecuador), en donde su tripulación descanso varias horas para continuar viaje.
Desde ahí, el trecho lo llevo hasta Lima, donde también recargo unos cuantos miles de litros de combustible en sus tanques, partiendo finalmente a Córdoba a primera hora de la mañana, y aterrizando en Pajas Blancas a las 10:34hs, luego de cumplir dos circuitos de espera, obligado por el mucho tránsito aéreo que a esa hora vuela en Córdoba.
Tras su imponente aterrizaje, la aeronave rodo por pista, y fue guiada por un vehículo de ANAC bajo el denominado “follow me”.
Así fue su ingreso definitivo a la posición 24A, en donde estuvo aparcado por quince horas.
Tras descender su tripulación técnica y dirigirse rápidamente a un hotel para iniciar su merecido descanso, empezó la parte más delicada de la visita del Antonov 124, que consistía en la descarga de los valiosos equipos, valuados en varios miles de dólares.
La descarga en sí, demoro seis agotadoras horas, y fue trabajado en equipo entre el personal ruso que venía arriba de la aeronave para dedicarse a eso, y el staff local, que con grúas y camiones, se haría cargo de la maquinaria, una vez que esta, abandone el avión.
Cerca de las 17:30hs, se cerró la nariz de la aeronave (por donde se proceden a hacer las descargas), y el Antonov 124, recupero su fisonomía normal.
El avión termino despegando recién a la 01:30hs hacia Lima, continuando luego su vuelo a Charlotte (USA), y cortando un vacio de casi dos décadas sin dejar verse brillar en Córdoba.
EUFORIA POPULAR
La meteorología le dio una guiñada de ojo a los cordobeses el día martes. Una jornada de 30 grados de temperatura, y un fuerte viento norte, hicieron que miles de cordobeses pudieran agolparse en las inmediaciones del aeropuerto para disfrutar de un inolvidable aterrizaje por pista 36.
Afuera el panorama presentaba un mirador de aviones desbordado de gente como nunca, y casi un kilometro de autos estacionados en doble fila.
El camino rural que cruza en perpendicular a la pista, también estaba abarrotado de gente que quería ver al mastodonte del aire, desde abajo.
Entre toda la gente que fue a ver el Antonov, había algunos que todavía recordaban la visita de hace casi veinte años cuando eran niños o adolescentes y fueron llevados por sus padres. Paradójicamente hoy, a ellos mismos les tocaría llevar a sus propios hijos a que disfruten de semejante espectáculo.
Del lado de adentro la cosa no era muy diferente.
A la hora prevista de arribo del Antonov, todos los empleados del aeropuerto coparon la plataforma con sus cámaras de fotos o teléfonos celulares, para registrar algo que no sucede todos los días.
No importo para qué dependencia, o compañía aérea trabajara cada uno. Todos querían ver al ruso.
Selfie por aquí, selfie por allá, que te saco una foto a vos, o sácame mejor una foto a mí. Eso fue lo que sucedió durante todo el día alrededor del avión, que por esa jornada, “dejo en miniatura”, al Airbus A330 de Air Europa que lo miraba de reojo a un costado.
En la medianoche, cuando el Antonov finalmente emprendió la retirada, una larga fila de autos y personas seguían firme en la ruta de acceso al aeropuerto, como haciéndole “el aguante” al cuatrimotor.
Es que como ya sabemos, cuando la aviación llama, los cordobeses siempre están.

3 comentarios:

daniel.mig15 dijo...

buenísimo material....que suerte haber presenciado semejante avión...felicitaciones de rosarioaviones a todos los spotters participantes...

Unknown dijo...

Impecable nota. Describe perfectamente lo qué pasó.
Me encantó ir. Como yo siempre digo: lo amé.
Y los chicos del aeropuerto estuvieron respondiendo a cada pregunta en el momento gracias a eso pude llegar y verlo aterrizar.
Inolvidable!!!!!!

Unknown dijo...

Muy bueno