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domingo, 7 de septiembre de 2008

En el recuerdo: A 70 años de un accidente aéreo en pleno centro de Córdoba

Esta vez a este artículo de la sección “en el recuerdo” no lo confeccione yo, sino fue LA VOZ DEL INTERIOR quien se encargo de hacerlo.

Fuente: LA VOZ DEL INTERIOR
http://www2.lavoz.com.ar/08/09/07/secciones/sucesos/nota.asp?nota_id=238010

Hace 70 años se estrellaba un avión militar en la Manzana Jesuítica

Fue una aeronave que cayó luego de un acto en la plaza San Martín. Fallecieron los dos pilotos.

Hace 70 años se produjo, acaso, el único accidente aéreo en el centro de la ciudad de Córdoba. El feriado del jueves 17 de agosto de 1938, en ocasión del homenaje al Libertador José de San Martín, en la plaza que lleva su nombre, una aeronave militar lanzó dos ofrendas florales al monumento ecuestre ante la vista de una multitud y, luego, volando a muy baja altura, se estrelló primero en la torre de la Compañía de Jesús y finalmente en la Facultad de Ingeniería. Era un Focke Wulf 29, un biplano de escuela y adiestramiento, biplaza. En su interior iban dos efectivos de la Escuela de Aviación Militar que perdieron la vida, uno casi en el mismo momento de caer y el otro en el Hospital San Roque. La multitud que presenciaba el acto de homenaje al Libertador se vio conmocionada por el estruendo que se escuchó desde la plaza y, luego, por el resultado de la caída. En el acto popular estaban formados efectivos de la IV División de Ejército al mando del general Abel Miranda, autoridades provinciales encabezadas por el gobernador Amadeo Sabattini y el intendente Donato Latella Frías. Dos pasadas rasantes Pero el acto central se realizó a las 15.30, en la plaza central de Córdoba. La misión del avión era hacer una o dos pasadas lanzando ofrendas florales al monumento sanmartiniano. Al mando iba el piloto, el sargento ayudante Martín Mondragón (31), siendo tripulado por el subteniente Ángel Victoriano Hernández (25). Según las crónicas del momento, la multitudinaria concurrencia se vio sorprendida y hasta se asustó cuando el biplano fabricado en Alemania en la década de los ‘20 pasó a muy baja altura. Pudo verse asomar por uno de los laterales al oficial Hernández que lanzó una corona de flores rojas que no dieron exactamente en el blanco. Luego, la máquina viró y, siempre a muy baja altura, pasó de norte a sur para arrojar un puñado de rosas rojas. Fue allí que el Focke continuó su trayectoria, a tan baja altura que rozó una de las astas de las banderas situadas sobre el edificio del Banco Nación. Continuó entonces como si “hubiera perdido la seguridad en el manejo” porque se apreciaron “algunas oscilaciones extrañas”, refería la crónica del día siguiente de La Voz del Interior. “Quizá haya sido cegado por los rayos del sol”, decía el cronista, quien completaba: “Chocó con la cruz de la citada torre (de la Compañía), torciéndola y perdiendo una parte del timón de cola, también el tren de aterrizaje”. “El resto del aparato, siempre corriendo hacia el sudoeste, perdió ya altura definitivamente y como un proyectil fantástico corrió por encima de los techos de la vieja iglesia y fue a estrellarse contra la pared del invernáculo de la Facultad de Ingeniería, donde quedó colgado, con los dos cuerpos de los mencionados militares”, señalaba la crónica. Rescate infructuoso. “Es indudable que no era necesaria tanta audacia para cumplir la misión que se les había encomendado, pero, seguramente, el piloto, confiado en la potencia de su máquina, la pericia de su manejo y sobre todo en su juventud, para llenar de admiración a la concurrencia y sentar posiblemente un precedente de la bondad de la 5ª arma, fue demasiado arrojado y en esta forma, cuando aún no se habían acallado las exclamaciones de admiración por la maniobra cumplida, un gesto de horror se dibujó en todos los rostros, al escuchar el golpe formidable del choque, ocurrido a corta distancia de la plaza”. Tal era la forma de cronicar de la época, respecto de lo que había sucedido en cuestión de segundos. Sobre la conmoción sufrida en la plaza, los relatos dan dos versiones que no coinciden plenamente. Por un lado, señalan que “los militares continuaron firmes en sus puestos porque ya se había iniciado la ejecución del Himno Nacional”, mientras que otra óptica señala que el Himno comenzó a sonar “para calmar la nerviosidad que se apoderó del público, por la suposición de la tragedia”. Sin embargo, gran parte de la multitud salió corriendo hacia donde, suponían todos, había caído el avión. Los primeros en llegar, según los relatos fueron “el Dr. Oliva Funes”, “el Sr. Orta Córdoba”, “Sr. Marcelo Carini y el cronista de La Voz Jaime Huberman. Además, se hicieron presentes el agente de chapa 694 José Raúl Sánchez y el agente de la 9ª Antonio María Nuga. Trataron de rescatar los cuerpos, con riesgo de que cayeran los restos de la máquina sobre ellos, pero no pudieron por “la posición y porque estaban asegurados con las correas”. Luego llegaron policías, bomberos y servicios de emergencia. Aparentemente, Hernández estaba con vida, pero no pudo ser salvado en el Hospital San Roque.

3 comentarios:

German R.B dijo...

Hola Ema: El avion del accidente no era un FW-29 (de echo nunca existio en la FAA), era un FW-44J y el numeral de la matricula era 29. Siempre se comenten errores en los diarios cuando hablan del tema "aviacion Militar". SALUDOS

Hernan Tejeda dijo...

Ema:me ganaste de mano.Siendo practicante en el Hospital Cordoba alla por 2002 un paciente anciano me dijo que se acordaba de este accidente con un FW-44 pero no me supo decir en que año.¡ Suerte que lo encontraste¡ Muy bueno.Saludos

EmmanuelCBA1 dijo...

yo para serles sincero no tenia conocimiento que un avion se habia estrellado en el centro alguna vez.
Por eso justamente corte el articulo del diario, y ya se unio a mi archivo de recuerdos.