El otro gran protagonista: La gente (o los spotters)

Desde temprano se podía percibir un ambiente distinto en los alrededores del aeropuerto Córdoba. Si uno observaba la banquina del aeropuerto, allí, en donde todos los días se ven a familias enteras disfrutando de la maravilla que significa el despegue o el aterrizaje de un avión a plena luz del día, (y es bueno aclarar esto, porque cuando es de noche, el objetivo de la mayoría de la gente no es precisamente ver aeronaves), se veían estacionados varios autos, camionetas, camiones, y hasta algún que otro colectivo, como esperando algo. Y ni que hablar de la terraza de la estación de servicio, que se vio prácticamente desbordada, y encontrar una buena ubicación para esperar el momento tan ansiado, se había vuelto casi tan difícil como un aterrizaje de precisión.Y era de esperar, es que tanta publicidad por radio, tv, diarios, blogs y paginas varias de Internet habían provocado que sea casi imposible mantenerse al margen de este hecho histórico. Todo el mundo sabia, a que hora llegaría el avión, que tipo de avión era, hacia cuanto tiempo que no se cubría esta ruta, y a que hora partiría. Es decir, todo lo que esto significaba para Córdoba.

En uno los puntos estratégicos para la fotografía en Córdoba se veía una gran bandera de España, de unos 3 o 4 metros, que miraba hacia la pista y plataforma. Desde la torre de control se les pasaba el dato a los spotters que la bandera era claramente visible a pesar de estar a unos 2km de distancia una cosa de la otra.
En el alambre perimetral la gente había aferrado sus dedos a los orificios del alambre, y apoyaba la nariz en esto, haciendo pasar el tiempo tanto como sea posible, mientras otros aviones despegaban y llegaban. Ahí tambien alguna que otra bandera de España y de Cataluña se entremezclaba entre la multitud.Los abuelos y padres le contaban a sus nietos o hijos sobre Aerolíneas Argentinas, cuando esta empresa volaba a la docta. “Eran aviones enormes, todavía me acuerdo, eran los jumbos”. Cuando el avión arribo, alguno habrá disimulado perfectamente su emoción, tragando saliva, o no dejando que esa lagrima se corra por la mejilla.

Pero hubo un momento culmine. En la frecuencia escalera (123.45), que es de uso libre, los pilotos del EC-HGV, de nombres Loreto Costa Kramer y José Bueno Rubio saludaron a los spotters cordobeses. Jamás hubiéramos pensado (y aquí hablo en primera persona), que se llegaría tan lejos. En dialogo exclusivo de este sitio con los pilotos, los mismos afirmaron: “los hemos estado llamando en frecuencia, pero no hemos obtenido respuesta”. “Esperamos que vosotros hayan tomado lindas fotografías”.
A lo que este blog les respondió (en nombre de la multitud afuera presente), “bienvenidos a Córdoba, esta es su casa, esperamos tenerlos para siempre, hemos preparado una gran bandera para ustedes, esperemos que la hayan visto”.
“Lamentablemente no la hemos visto, pero le avisaremos a la tripulación que tomara el vuelo de vuelta mas tarde” respondió en ese inconfundible acento español José (haciendo mas imponente su presencia por su metro noventa de altura).

Y así parece ser, ya que cuando el Airbus giro de rodaje Alfa para pista 36 antes del despegue, una mano se asomo saludando al publico presente en dirección al sector de la bandera. Meta cumplida. La tripulación supo (y hasta agradeció) la presencia de los spotters. Hasta eso fue perfecto en este sábado.